Muchas personas piensan que esto es así porque el aire al salir más rápido pasa más rápido por las vías respiratorias, evitando que se caliente. Pero esto no es así, porque si soplamos despacio el aire sigue estando frío y ha pasado igual de rápido por las vías respiratorias que cuando echamos el aliento.

Y ahora entra en juego otro efecto físico, el efecto Joule-Thomson. Como la presión del aire se ha reducido en los labios, cuando sale fuera de la boca el aire se expande. Al expandirse su temperatura disminuye gracias a las leyes de los gases, que dicen que la temperatura de un gas es proporcional a la presión.
Y así vemos cómo la física es capaz de explicar desde los fenómenos más complejos a los más
simples de nuestro universo.